Aqui me tienes vida ingrata,
en esta apartada trinchera reducto de mi triste hábitat, rodeado de pertrechos digitales.
Aislado del mundo que me observa, de ellos, de aquellos, de ustedes. Solo vine a endosarles mis temores y fracasos, mis frustaciones y desvaríos.
Ciego, insulso y petulante, sin apego a cofradía alguna, con recelo de llegar a ser; un día beligerante, otro pacifista.
Pero sobre todas las cosas, ser adicto a la ignorancia es, por necesidad y necedad, mi caparazón y protección.
9-junio-2004
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario