Sentía dolor en el corazón, Nublaba mi mente, todo era confusión, Sabía la causa y la razón: Entregarte mi amor con tanta pasión.
La tristeza inundó mi alma, Perdí la Paz... perdí la calma, Pasé días y noches rezando, Quise saber, ¿porqué y hasta cuando? dejaría de sufrir, seguiría andando.
un día... una voz dulce y serena, vino a calmar mi pena cuando nada importaba mi destino, con sabias palabras me mostró el camino:
"Alegrate de tu suerte desdichado, Que por amor te ha sido dado, Alma desnuda y corazón descalzo, para ser real, en un mundo tan falso."
jueves, julio 15, 1999
Suscribirse a:
Entradas (Atom)